Los últimos hechos políticos merecieron un análisis de la Juventud Radical de Necochea, desde los dichos del Presidente, pasando por la realidad de la provincia de Buenos Aires y llegando a la actualidad de nuestra ciudad.
El extenso comunicado señala lo siguiente: “En apenas una semana, el presidente Javier Milei ha dado dos pasos alarmantes en su intento por concentrar poder: primero, nombró por decreto a dos jueces de la Corte Suprema, y ahora propone la intervención de la provincia de Buenos Aires. Estas decisiones no solo atentan las bases del sistema republicano, sino que también sientan un precedente peligroso para la democracia argentina.
Es innegable que el plan de seguridad de Axel Kicillof ha sido un rotundo fracaso. La inseguridad en la provincia es un problema que afecta a millones de bonaerenses, y en ciudades como la nuestra, Necochea, se percibe a diario. Sin embargo, la incapacidad del gobernador para gestionar este tema no justifica una intervención por parte del Ejecutivo nacional. Si se pasa por alto la Constitución y se permite que el Gobierno Nacional intervenga cuando lo considere conveniente, se abre la puerta a un autoritarismo que puede extenderse a otras provincias y a cualquier área de la vida institucional del país. A ESTAS PRÁCTICAS YA DIJIMOS NUNCA MAS.
Es fundamental que la sociedad vuelva a las bases, que se respete la independencia de poderes y se entienda que la solución no puede ser avasallar las normas que nos rigen. No se puede combatir un problema con otro aún más grave.
En este contexto, también nos preocupa el coqueteo entre nuestro intendente Arturo Rojas y el gobernador de la provincia Axel Kicillof. El fracaso de la gestión provincial no puede arrastrar a Necochea a la misma decadencia. La falta de un plan concreto, la ausencia de políticas que prioricen la salud, la educación, el trabajo y la modernización de la ciudad, nos condenan a un futuro incierto. No podemos permitir que la inacción y la complicidad política nos hundan aún más.
Es hora de un cambio radical, pero uno que respete las instituciones y las bases democráticas. La transformación que necesitamos no puede basarse en decisiones arbitrarias, sino en políticas concretas que beneficien a la gente y garanticen un futuro con seguridad, desarrollo y oportunidades para todos”.
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