Opinión del cura párroco Juan Cruz Mennilli Caldararo
Vivimos en un tiempo de slogans, de tweets, de videos cortos. Será por eso que parece que analizamos poco y simplemente las cosas están bien o están mal según quien las haga.
Si un funcionario utiliza a los hijos de un artista para amedrentar, para muchos no estará tan mal, por la grieta que ciega e impide repudiar lo repudiable.
Si en el Teatro Colón se agravia la fe de gran parte del pueblo argentino, burlándose de lo que para muchos es sagrado, muchos defensores habituales de las libertades lo dejarán pasar.
Hoy celebramos un día que tampoco nos une en torno al nombre. Cada cual lo llamará según lo que quiera enfatizar. ¡Bienvenida esa diversidad!
Pero busquemos lo que nos une sin la ideología que nos cierra y que nos ciega, para que sean las ideas y los valores que llevamos en lo profundo los que hagan al debate auténticamente diverso. Porque diversas somos las personas. No así las etiquetas ni las ideologías.
Tiempo de encontrarnos. Desde ahí capaz, podremos aspirar a una sana diversidad.



















