Opinión
El futuro de Juntos
Por Fabio Quetglas, diputado nacional.

Representar es interpretar genuinamente. No es imitar la indignación legítima de la sociedad, sino responder a ese estado de ánimo con conducta ejemplar, compromiso cívico y propuestas. La salida de la crisis no será burocrática.
Necesitará de sensibilidad porque el dolor no es impostado, de apego a la verdad, porque la hondura de la situación muchas veces pretende ser maquillado, y de pedagogía porque es necesario que aprendamos de esta experiencia y que construyamos una salida coherente y consistente.
La “referencialidad” es lo opuesto a la política espectáculo dependiente de la volátil opinión pública. El sentido referencial pretende construir una relación estable, basada en la confianza, construida desde el diálogo, la amplitud y la coherencia.
Es el gesto mediante el cual las organizaciones y los cuadros políticos ofrecen una visión y una escucha. Un lugar desde el cual además de ser receptivos a las necesidades y aspiraciones públicas, se recupera el rol de constructores de sentido que han ido perdiendo las estructuras políticas, y que las ha reconfigurado como máquinas electorales, y por tanto percibidas (no sin algo de razón) como menos útiles para la superación de la crisis.
Lo que planteo no es un preciosismo académico: si la población siente que las organizaciones políticas no son útiles, pronto dispondrán de otras ofertas.
Un ejemplo recurrente de fuerzas políticas sin vocación referencial, son las 3 décadas que llevamos de apelación a “lo nuevo”, intentando transferir a la política, con éxitos y fracasos, liderazgos generados en otras esferas.
Si las organizaciones políticas pudieran aprovechar cabalmente esa energía, ese proceso sería realmente saludable y demostrativo de un nivel virtuoso de compromiso con lo público. Con partidos débiles y organizaciones atadas al calendario electoral excluyentemente, se malgastan las mejores vocaciones de cambio.
Juntos por el Cambio es importante en tanto útil al mandato histórico que le dan sus votantes, de lo contrario será una anécdota. Ese mandato es claro: desplazar al kirchnerismo del gobierno en elecciones libres, gobernar con solvencia y decencia, generar un marco de relaciones socioeconómicas amigable a la inversión, revertir el sesgo corporativo del país, sentando las bases de una sociedad integrada a la agenda contemporánea para poner al país en el sendero del futuro. Es un mandato amplio, pero no infinito. Por lo pronto, es claro el mensaje de discontinuidad con el actual modelo de gestión política.
Una parte muy importante de la sociedad argentina ya ha advertido inequívocamente que el populismo no conduce a ningún lugar interesante, malgasta los recursos, deteriora la institucionalidad pública, nos avergüenza con su política exterior, trivializa temas relevantes, diseña políticas cada vez más rústicas, se empeña en enfrentarnos unos con otros, etc.
Sin embargo, como queda demostrado a lo largo de todo el continente, el nivel de condicionamiento que el populismo instala es de tal dimensión, que los cambios que son necesarios para transitar hacia una Argentina más prospera, más integrada al mundo, mejor administrada, etc, requieren no solo de visión, representatividad y estabilidad política, sino de equipos y tiempo. La naturaleza del cambio hacia un orden post-populista es enorme.
Una organización política, entre otras cosas, es el mecanismo para sostener en el tiempo las prácticas que nos pueden sacar de un escenario y colocar en otro. El tiempo nunca es neutro en política, entre otras cosas, porque la paciencia social nunca es infinita, porque las oportunidades no están a la vuelta de la esquina y porque la visión que sirve para un momento, puede quedar obsoleta en un mundo que cambia sin avisar.
Salvo que creyéramos en soluciones mesiánicas, que solo diéramos importancia a la contienda electoral o que supusiésemos que la tarea es sencilla; la prioridad absoluta es consolidar una estructura institucional para Juntos por el Cambio.
Hay muchas formas de desencanto, no solo nos desencantamos frente al engaño de que se realice lo contrario de lo propuesto, algo que no está en nuestras opciones. También es una decepción no alcanzar la capacidad de acción que derribe los obstáculos que todo cambio exige.
Esa capacidad no es fruto del amontonamiento político o del carisma de alguien, sino de disponer de una trama de relaciones y compromisos que pueden sostener un proceso electoral, garantizar calidad técnica en el funcionariado, eventualmente proveer al recambio de funcionarios procesando políticamente diferencias sin daño al rumbo principal de un gobierno, defender públicamente la marcha del mismo, interactuar con públicos diversos, sensibilizar sobre nuevas agendas, explicar, discutir y evaluar con estrictez.
No es posible que sostengamos todo el tiempo la vocación institucionalista para el futuro de la Nación y nosotros mismos no podamos darnos un orden más previsible.
Necesitamos un JxC mejor institucionalizado, no para los dirigentes, sino para contribuir a darle certidumbre a nuestros electores y nuestros defensores (muy fieles, aun los que se desempeñan en distritos o contextos adversos), para facilitar la tarea de los equipos técnicos, para elevar la política desde el cuentapropismo de iniciativa personal a la respuesta concertada que pone, por delante de todo, la causa.
Un JxC con reglas claras, marcos de actuación estabilizados y formas de deliberación acordadas, se transformará inmediatamente en un factor de estabilización en un sistema político crecientemente convulso, plagado de corrimientos, rupturas y ampliaciones.
No se trata solo, ni mucho menos, de la selección de candidatos (además existen las PASO), se trata de compromisos con la transformación que la Argentina necesita, con el imaginario de cambio incluyente que nuestros votantes reclaman, de recuperación del sentido convivencial y limitación de la politización absoluta de la vida cotidiana que impone el populismo.
La superación real de la crisis, está asociada a desmontar las causas que le dieron origen; y en ese proceso es clave que la población conozca el rumbo y los fundamentos de nuestra acción política. Necesitamos un respaldo explicito y sostenido, y para ello no solo un programa acordado, sino una organización comprometida.
Nuestros votantes no nos van a decir “institucionalícense”, pero todos los días nos reclaman “unidad”, y no hay modo de construir una unidad duradera y eficaz en base a conversaciones de café. Necesitamos de un orden institucional para nuestro espacio en cumplimiento de un reclamo urgente y exigente de nuestros votantes, legítimamente temerosos frente a las provocaciones autoritarias que algunos personajes del kirchnerismo nos regalan día a día.
Por otra parte, una institucionalidad más consolidada establecerá los limites que esta fuerza (amplísima) debe asumir. Los “cambiemitas” de a pie, son quienes más desean ganar elecciones, pero muchas veces parecen más conscientes que los propios dirigentes respecto de las incompatibilidades políticas o los juegos de ego. También generar instancias de movilización política y participación popular puede agregarle mucho a una fuerza que, en definitiva, se ha propuesto incidir en la cultura política del país. Esa incidencia solo es posible representando.
Los partidos que integran la coalición se verán jerarquizados en un proceso institucional de JxC que recepte las representaciones de los mismos, y además las mejores expresiones individuales brillarán más intensamente con el respaldo de una organización estable en el tiempo, clara en su oferta electoral y potente en su anclaje social.
En América Latina dos grandes coaliciones han transformado sus países, la Concertación en Chile y el Frente Amplio en Uruguay. En ambos casos, han gobernado varios periodos, se han alternado en el liderazgo de las mismas políticos/as de distinto origen, y han reconfigurado un estable mapa político tradicional (Uruguay), o disipado los riesgos de regresión autoritaria (Chile). En los dos casos, el orden unitario del país les ha facilitado las cosas, minimizando las tensiones entre expresiones locales y conducción central. De ellos podemos aprender mucho: siempre defendieron sus rasgos identitarios y, a pesar de las disputas (muchas veces severas), la construcción compartida no se ha puesto en debate. Las fuerzas discuten por qué Frente o qué Concertación prefieren, no si se mantienen o salen de las organizaciones.
En Argentina, la UCR, la CC y el PRO constituyen tres tradiciones políticas distintas, que bajo mecanismos claros de colaboración pueden hacer un aporte sustancial a este dramático momento, y por supuesto también las expresiones políticas distritales que, en cada caso, completan un arco iris que debe expresarse con normas y en armonía.
Somos la fuerza donde conviven una perspectiva institucionalista marcada, vocación por la transparencia, compromiso en la modernización de la gestión pública, anclaje histórico y territorial, y sensibilidad social. Sin marco institucional, cada vez más pareceremos un rejunte. Con marco institucional, estaremos aceptando la trascendencia del espacio común, la criticidad del momento, el sentido estructural de nuestra oferta a la sociedad y la primacía de la visión sobre las ocurrencias.
No quiero parecer solemne, pero no estamos para improvisaciones, ofertas insostenibles o inconductas políticas.
Institucionalizar no es solo ordenar, sino establecer una disciplina. En un país signado por los espasmos y el mal uso de la creatividad individual, la gran transformación que debemos realizar necesitará de la menor fuga de energía posible. Tan necesaria como la creatividad para enfrentar los problemas, será la disciplina para cohesionar y mantener el rumbo.
Existen múltiples modelos y formatos, que exceden este texto. Bien puede pensarse en una Convención Nacional de JxC que refleje la composición de los partidos en las Cámaras y recepte de manera reglada particularidades atendibles. Un espacio colectivo de esa naturaleza podría hacerse cargo de la generación concertada de un programa común y de la estrategia de ampliaciones y alianzas.
La democracia globalmente está siendo asediada desde muchos lugares con algunos señalamientos legítimos y otros oportunistas. JxC no debe renunciar a su rol de defensa institucional, no solo desde la palabra sino desde la práctica política.
La postpandemia le dará enormes oportunidades a Argentina. Lo que hoy nos parece un horizonte inalcanzable, se transformará en una meta razonable cuando nos pongamos en marcha de manera coordinada, sencillamente porque cambiará el humor social y nuestra señal de coherencia será una referencia. Si hay algo que la ciudadanía desea es que sus esfuerzos tengan un sentido. El programa da sentido, la organización da certeza.
La organización que necesitamos no es una máquina pesada del industrialismo fordista, sino una organización-red del siglo 21, rápida, ágil, innovadora, abierta; pero comprometida con el cambio y ajena a toda tentación simplificadora, o continuista. Simplemente porque nuestro acuerdo con los votantes debe basarse en la dificultad de la empresa que se asume y la irrevocable vocación de transformar de todos modos.
Un largo camino empieza por el primer paso: no menospreciemos el peso de la organización y, a partir de allí, la dinámica del cambio será imparable.
Por fabio Quetglas, diputado nacional.

Nuestra ciudad se apresta a sentar en una Banca del Concejo Deliberante a un ciudadano que en sus redes sociales mostró y muestra su admiración por la falange fundada por Primo de Rivera y fuerza de choque en la Dictadura Franquista, todo bajo el pomposo pero vacío lema de VIVA LA LIBERTAD CARAJO.-
Eduardo Caballero tercer candidato en la Lista que encabezan Juan Cerezuela y Eugenia Vallota con seguridad se sentará a partir del 10 de Diciembre en el Concejo. Siempre que el voto popular así lo mande.-
Con la autoridad política que me da haber sido un opositor claro respecto del proceso Kirchnerista no solo en el discurso, cuando al acercarse, el entonces Intendente Radical a Porcaro y Néstor Kirchner renuncié a la Secretaría de Gobierno para posteriormente descubrir en mi rol de Concejal opositor al Gobierno Municipal K el robo perpetrado contra el Hospital Municipal Emilio Ferreyra, que terminó con la destitución del Intendente Tellechea ratificada por la Corte y con una condena penal por Fraude en perjuicio de la Administración Pública y la presencia de dineros de la Ruta del Dinero K en inversiones de Puerto Quequen.-
Esta aclaración es necesaria para aquellos que solo ven el mundo en dos colores, implicando que quien critica a LA LIBERTAD AVANZA es necesariamente kirchnerista. Como los hechos lo demuestran no es mi caso.-
Ahora quienes creemos verdaderamente en los valores de la pluralidad, el pensamiento diverso, el respeto por las minorías, las ideas de quienes no coinciden con nosotros, debemos advertir sobre el desembozado avance de quienes si están dispuestos a suprimir los valores que son constitutivos de una Democracia moderna y plural.-
La “Misa” del Gordo Dan quien hacen gala de su autoritarismo y persecución a las minorías sexuales, los extranjeros, el matrimonio igualitario reivindicando solapadamente y no tan solapadamente el Terrorismo de Estado que asoló en nuestro país entre 1974 y 1983, viendo comunistas por doquier, son legitimados con la presencia de funcionarios nacionales que le celebran el avance autoritario sin tapujos.-
Los necochenses dentro de un mes vamos a ejercer en libertad la posibilidad de elegir a nuestros representantes locales y provinciales, un fascista anda suelto en nuestra ciudad, pensemos antes de sentarlo en el reciento del Honorable Concejo Deliberante.-
Dr. Alberto Esnaola
Opinión
El derecho a la salud

Por Esteban Rodríguez
Podríamos inscribir la maniobra de Valiante en una campaña de destrucción de derechos y de transferencia de recursos públicos a manos privadas que intenta otorgarle un beneficio económico de gran magnitud a la clínica privada Cruz Azul. Usa los recursos de PAMI expresados en las 10.000 cápitas que le quita al Hospital Ferreyra que se sostiene con el 40% del presupuesto municipal.
Parece que el concejal de la LLA no conoce el servicio que brinda el hospital, nunca pisó la guardia. Mirá que hay cosas por hacer para que nuestra salud tenga respuestas más eficientes, pero desfinanciar el hospital es un acto extremo de crueldad. Parece que el concejal no se enteró que todos los miércoles, los jubilados nos manifestamos en el Congreso para decirle al Gobierno que las jubilaciones no alcanzan para mantener la cocina prendida todos los días, que necesitamos remedios para nuestras enfermedades crónicas y para las otras que abundan por el frio y la mala alimentación.
El concejal sigue al pie de la letra el mandato de destruir al Estado desde adentro, como dijo el topo infiltrado del presidente. Un plan siniestro que ataca a la salud pública en todo el país, esencialmente en hospitales escuela formadores de especialistas que se diseminan por el territorio dando respuesta y atención a las poblaciones más disimiles.
Atacan a Instituciones de prestigio Nacional e internacional como La Academia Nacional de Medicina donde se encuentran los cirujanos cardiovasculares más experimentados de nuestro país:Hospital Garrahan, Hospital Nacional en Red Licenciada Laura Bonaparte, Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas
Todas estas instituciones están siendo atacadas con crueldad, quitándole los recursos necesarios e indispensables para su funcionamiento. Se cierran áreas, se reduce personal calificado, se reducen los insumos, se reprograman las cirugías, y todas aquellas vicisitudes que diariamente experimentamos al llegar al hospital. Hoy me enteré que el plan siniestro llegó al INAREPS, único instituto de rehabilitación para amputados de la región. Despidieron personal, redujeron el presupuesto y crearon la precarización de los contratos para residentes.
Soy jubilado, tengo 70 años y dicen que el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo. Por eso, quiero dejarles un testimonio: A nosotros, a nuestros viejos, les costó mucho trabajo construir los cimientos de la sociedad. Podríamos escribir libros contando anécdotas de cuando teníamos que defender a la escuela pública y laica. Tendríamos que tener siempre presente a los médicos sanitaristas que vacunaron en trenes y postas para terminar con el paludismo, a las eminencias científicas que galardonaron nuestra ciencia generando prestigio y respeto internacional.
El Hospital Ferreyra es una muestra del trabajo de una comunidad, del esfuerzo, la solidaridad expresada de tantas maneras distintas durante varias generaciones. Es un lugar que supo como atender la pandemia, nos mantuvo informados y trabajando 24×24 para evitar contagios y muerte.
Escribo y me genera un profundo dolor estar usando palabras que describen como estamos siendo avasallados, la falta de respeto por nuestras vidas, amenazadas por la codicia.
Vuelvo al concejal y la concejala, Ellos pretendían repartir los recursos del PAMI en 50-50 mitad para la clínica y mitad para el hospital público. ¿Como pueden ser tan arrogantes y pensar que los recursos públicos Ellos los pueden tocar y repartir a su antojo?
Me parece que el trabajo y el esfuerzo tienen que estar enfocados en mejorar cada día la atención y cuidado en nuestro hospital Ferreyra. Les propongo a los concejales de la LLA que piensen en la vida y desde ahí propongan mejorar la calidad de la salud.
Estoy contento por el rotundo rechazo que tuvo la maniobra. Las instituciones y la sociedad se expresaron claramente
No a la entrega y desfinanciación de la salud pública de Necochea
El Hospital Ferreyra se defiende.
Opinión
Cápitas de PAMI: El ensordecedor silencio de Cerezuela

La decisión del PAMI de trasladar las cápitas del hospital Emilio Ferreyra a una clínica privada sorprendió a todos y preocupa, a muchos, tanto al intendente Arturo Rojas, como a dirigentes sociales, profesionales, políticos y especialmente a los adultos mayores.
No obstante, sorprendió que, la figura que hoy promociona La Libertad Avanza en nuestra ciudad, Juan Cerezuela, no haya emitido opinión alguna. Se quedó callado en este tema tan sensible.
Ingresar en la política como lo está haciendo él, que se ha cansado de repetir que no viene de la política, es tomar desafíos, enfrentar situaciones complejas, más allá de la responsabilidad que se tenga. Cerezuela ha repetido que Javier Milei dice lo que él piensa. ¿Qué pensará entonces de esta decisión?, ¿avala el traslado de las cápitas a una clínica, a la cual hace sólo dos años le sacaron 4.000 por no cumplir con la prestaciones?. No lo sabemos.
Las luces de las candidaturas son una tentación, siempre, pero en política hay claroscuros que marcan el temple, muestran el compromiso y los objetivos de quienes van a recorrer este arduo camino de representar al pueblo.
Qué mejor oportunidad tenía para sentar una posición y llegar a toda la comunidad con sus ideas.
La dejó pasar. Prefirió el silencio y el silencio, en este caso, no era una opción para Cerezuela.
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“costó mucho esfuerzo y trabajo contar con este equipamiento de alta tecnología en el Hospital”