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Las extrañas votaciones de Unión por la Patria en el Concejo

Importa lo que haga Kicillof en Necochea y lo que vendrá

Un resultado inesperado que abrió la interna en el PJ

Una elección donde nadie preguntó por la UCR

¿Las ideas libertarias pueden aplicarse en Necochea? ¿Cómo funcionarían los servicios públicos?

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Fracasó. Se va por la puerta de atrás

Publicado en ,
el 2 de julio del 2022
por AlertaAlejandro.

Por Alejandro “Topo” Rodríguez*

Se va dejando la inflación más alta de los últimos 30 años. Y eso lo pagan especialmente los más humildes, la clase media trabajadora y quienes la pelean cada día por salir adelante.

Extraño balance para quien desafiaba al Congreso planteando que aprobar sus leyes significaría “garantizar la justicia social”.

En su fugaz apogeo, instaló la idea de que iba a ser candidato a Presidente. Logró imponerle al peronismo, a este gobierno y a la Argentina, medidas regresivas inaceptables, como darle 1.500 millones de dólares -a cambio de pesos- a fondos especulativos extranjeros que habían llegado con Macri.

Deja dos acuerdos de deuda precarios, con privados y con el FMI, que se esfuman frente a un riesgo país por las nubes, reflejo de la desconfianza profunda del mundo.

Fue el verdadero responsable de que el Congreso de la Nación no aprobara el Presupuesto 2022.

Fracasó. Se va por la puerta de atrás.

*Diputado nacional

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Publicado en ,
el 25 de octubre del 2023
por AlertaAlejandro.
Las elecciones en Necochea confirmaron lo que se suponía: un triunfo de Nueva Necochea por una diferencia histórica.

El respaldo de la ciudadanía a Arturo Rojas, -inédito para una reelección- le da el espaldarazo necesario para llevar adelante las iniciativas que el actual gobierno viene trabajando para continuar con el desarrollo de la gestión municipal y por ende de todo el distrito.

El caudal de votos obtenido por Nueva Necochea no sólo suma apoyo y concejales, suma gobernabilidad. A un gobierno que obtiene, tras cuatro años de gestión, casi un 50% de los votos, le da una fuerza importante para conseguir el acompañamiento de otros espacios políticos a iniciativas públicas que deba llevar adelante.

El Intendente Arturo Rojas ya se comprometió a trabajar en las problemática que hace años existen en nuestra ciudad, como el basural a cielo abierto; sobre este tema es inminente la inauguración de la Planta de Clasificación y Separación de Residuos; el Complejo Casino,  la finalización de la obra de la Playa de Camiones Municipales, a continuar gestionando para mejorar la Terminal de Ómnibus  y a poner al distrito de Necochea como el motor del desarrollo económico y productivo de toda la región. 

La enorme cantidad de votos y la diferencia con el resto, le dan el aval necesario para iniciar este camino. Ahora la disyuntiva está en los otros partidos, quienes a lo sumo alcanzaron un 15% de los votos. Acompañarán desde donde les toque, sumarán o por el contrario serán una oposición por el sólo hecho de oponerse? . La ciudad y el distrito estarán atentos mirando.

Está claro que el resultado electoral fue un respaldo al Intendente, a su equipo de gobierno y a la gestión, pero también un compromiso que obliga a responder a una comunidad, que exigirá a la altura del respaldo que dio.

Que dejó el resultado

Además del triunfo de Nueva Necochea, una fuerza nobel comienza a terciar en el rebuscado panorama de la política local: La Libertad Avanza , acorde a lo ocurrido a nivel nacional sumó dos bancas en el Concejo, y militancia joven. El desafío es consolidarse para no depender de una estructura nacional.

En Unión por la Patria, más allá de la cantidad de votos, en las elecciones se juegan cargos y ahí obtuvo dos nuevas bancas.

El espacio está desperdigado y hay mucho recelo. El balotaje y la posibilidad de que Sergio Massa se convierta en presidente puede ser una buena opción para encontrar un camino en común y poder unificar los diferentes sectores. Eso siempre y cuando haya voluntad. No parece.

Juntos por el Cambio 

La lista que encabezó Martín Migueles fue la que más bajó con respecto a las PASO y le alcanzó para meter un edil.

Acá hay dos cuestiones, primero, ver qué pasa a nivel nacional con una coalición que hoy cruje por todos lados. Después en nuestra ciudad, salvo por momentos electorales, siempre caminaron por veredas opuestas, especialmente el PRO y la UCR. 

El PRO debe ver qué le queda después de esta elección, o quién llevará las riendas de un partido que, está claro, se enciende cuando llegan las elecciones.

Y el radicalismo es todo lo contrario, con una agitada vida interna entre elecciones,  que quedó demostrado en una oferta electoral atomizada que atentó contra las chances del partido. Hay muchas diferencias. Quedaron muchos heridos, el desafío para los radicales será encontrar un punto en común y desde ahí empezar  construir. No pidamos más

La ACT quedó a nada de sumar un concejal. Las diferencias internas no sólo lo impidieron sino que hay algo peor, hace doce meses Juan Pedro Arabarco era, quizá, el político opositor con mayor consenso para luchar por la Intendencia. Salió quinto de cinco listas.

El Concejo

Existe la posibilidad que  bajen los proyectos del Nuevo Presupuesto Gastos y Recursos 2024 como la Ordenanza Fiscal Impositiva 2024 al Concejo Deliberante. Es más, los equipos de las secretaría de Política Económica están trabajando en ellos .

Si esto sucede, la atención y tensión política se mudará al cuerpo deliberativo.

Pasaron las elecciones, sigue la política

Publicado en ,
el 21 de marzo del 2022
por AlertaAlejandro.

Más de 7000 afiliados decidirán no sólo las autoridades del Partido Justicialista por los próximos cuatro años sino también el rol que va a tener.
 
Esta Claro que por diferentes situaciones en los últimos años no ha tenido el protagonismo que supo tener.
 
Volver a poner al PJ, con preponderancia, en la mesa política local y en la consideración de los ciudadanos,  posiblemente sea el motivo más trascendental de las elecciones del próximo domingo. Está claro que el Partido Justicialista quiere volver a ser en nuestra ciudad.
 
El presente político obligará a quién lidere este partido a esa construcción, lo que no es poco. Deberá convocar a los diferentes sectores peronistas, tener capacidad y liderazgo,  en sí deberá hacer política.
 
Lo importante es que quienes concurran a votar tienen dos opciones para elegir a la persona que lidere ese camino.

Esto si, hay que destacar del Justicialismo y es que nuevamente pone en consideración de sus afiliados la decisión de quien conduce el partido a nivel distrital, algo que no era común en el PJ.
 
Este es el panorama, los que tienen la decisión son los afiliados.

Publicado en ,
el 12 de febrero del 2022
por AlertaAlejandro.

Representar es interpretar genuinamente. No es imitar la indignación legítima de la sociedad, sino responder a ese estado de ánimo con conducta ejemplar, compromiso cívico y propuestas. La salida de la crisis no será burocrática. 

Necesitará de sensibilidad porque el dolor no es impostado, de apego a la verdad, porque la hondura de la situación muchas veces pretende ser maquillado, y de pedagogía porque es necesario que aprendamos de esta experiencia y que construyamos una salida coherente y consistente.

La “referencialidad” es lo opuesto a la política espectáculo dependiente de la volátil opinión pública. El sentido referencial pretende construir una relación estable, basada en la confianza, construida desde el diálogo, la amplitud y la coherencia.

Es el gesto mediante el cual las organizaciones y los cuadros políticos ofrecen una visión y una escucha. Un lugar desde el cual además de ser receptivos a las necesidades y aspiraciones públicas, se recupera el rol de constructores de sentido que han ido perdiendo las estructuras políticas, y que las ha reconfigurado como máquinas electorales, y por tanto percibidas (no sin algo de razón) como menos útiles para la superación de la crisis.

Lo que planteo no es un preciosismo académico: si la población siente que las organizaciones políticas no son útiles, pronto dispondrán de otras ofertas.

Un ejemplo recurrente de fuerzas políticas sin vocación referencial, son las 3 décadas que llevamos de apelación a “lo nuevo”, intentando transferir a la política, con éxitos y fracasos, liderazgos generados en otras esferas. 

Si las organizaciones políticas pudieran aprovechar cabalmente esa energía, ese proceso sería realmente saludable y demostrativo de un nivel virtuoso de compromiso con lo público. Con partidos débiles y organizaciones atadas al calendario electoral excluyentemente, se malgastan las mejores vocaciones de cambio.

Juntos por el Cambio es importante en tanto útil al mandato histórico que le dan sus votantes, de lo contrario será una anécdota. Ese mandato es claro: desplazar al kirchnerismo del gobierno en elecciones libres, gobernar con solvencia y decencia, generar un marco de relaciones socioeconómicas amigable a la inversión, revertir el sesgo corporativo del país, sentando las bases de una sociedad integrada a la agenda contemporánea para poner al país en el sendero del futuro. Es un mandato amplio, pero no infinito. Por lo pronto, es claro el mensaje de discontinuidad con el actual modelo de gestión política.

Una parte muy importante de la sociedad argentina ya ha advertido inequívocamente que el populismo no conduce a ningún lugar interesante, malgasta los recursos, deteriora la institucionalidad pública, nos avergüenza con su política exterior, trivializa temas relevantes, diseña políticas cada vez más rústicas, se empeña en enfrentarnos unos con otros, etc.

Sin embargo, como queda demostrado a lo largo de todo el continente, el nivel de condicionamiento que el populismo instala es de tal dimensión, que los cambios que son necesarios para transitar hacia una Argentina más prospera, más integrada al mundo, mejor administrada, etc, requieren no solo de visión, representatividad y estabilidad política, sino de equipos y tiempo. La naturaleza del cambio hacia un orden post-populista es enorme.

Una organización política, entre otras cosas, es el mecanismo para sostener en el tiempo las prácticas que nos pueden sacar de un escenario y colocar en otro. El tiempo nunca es neutro en política, entre otras cosas, porque la paciencia social nunca es infinita, porque las oportunidades no están a la vuelta de la esquina y porque la visión que sirve para un momento, puede quedar obsoleta en un mundo que cambia sin avisar.

Salvo que creyéramos en soluciones mesiánicas, que solo diéramos importancia a la contienda electoral o que supusiésemos que la tarea es sencilla; la prioridad absoluta es consolidar una estructura institucional para Juntos por el Cambio.

Hay muchas formas de desencanto, no solo nos desencantamos frente al engaño de que se realice lo contrario de lo propuesto, algo que no está en nuestras opciones. También es una decepción no alcanzar la capacidad de acción que derribe los obstáculos que todo cambio exige. 

Esa capacidad no es fruto del amontonamiento político o del carisma de alguien, sino de disponer de una trama de relaciones y compromisos que pueden sostener un proceso electoral, garantizar calidad técnica en el funcionariado, eventualmente proveer al recambio de funcionarios procesando políticamente diferencias sin daño al rumbo principal de un gobierno, defender públicamente la marcha del mismo, interactuar con públicos diversos, sensibilizar sobre nuevas agendas, explicar, discutir y evaluar con estrictez.

No es posible que sostengamos todo el tiempo la vocación institucionalista para el futuro de la Nación y nosotros mismos no podamos darnos un orden más previsible.

Necesitamos un JxC mejor institucionalizado, no para los dirigentes, sino para contribuir a darle certidumbre a nuestros electores y nuestros defensores (muy fieles, aun los que se desempeñan en distritos o contextos adversos), para facilitar la tarea de los equipos técnicos, para elevar la política desde el cuentapropismo de iniciativa personal a la respuesta concertada que pone, por delante de todo, la causa.

Un JxC con reglas claras, marcos de actuación estabilizados y formas de deliberación acordadas, se transformará inmediatamente en un factor de estabilización en un sistema político crecientemente convulso, plagado de corrimientos, rupturas y ampliaciones.

No se trata solo, ni mucho menos, de la selección de candidatos (además existen las PASO), se trata de compromisos con la transformación que la Argentina necesita, con el imaginario de cambio incluyente que nuestros votantes reclaman, de recuperación del sentido convivencial y limitación de la politización absoluta de la vida cotidiana que impone el populismo.

La superación real de la crisis, está asociada a desmontar las causas que le dieron origen; y en ese proceso es clave que la población conozca el rumbo y los fundamentos de nuestra acción política. Necesitamos un respaldo explicito y sostenido, y para ello no solo un programa acordado, sino una organización comprometida.

Nuestros votantes no nos van a decir “institucionalícense”, pero todos los días nos reclaman “unidad”, y no hay modo de construir una unidad duradera y eficaz en base a conversaciones de café. Necesitamos de un orden institucional para nuestro espacio en cumplimiento de un reclamo urgente y exigente de nuestros votantes, legítimamente temerosos frente a las provocaciones autoritarias que algunos personajes del kirchnerismo nos regalan día a día.

Por otra parte, una institucionalidad más consolidada establecerá los limites que esta fuerza (amplísima) debe asumir. Los “cambiemitas” de a pie, son quienes más desean ganar elecciones, pero muchas veces parecen más conscientes que los propios dirigentes respecto de las incompatibilidades políticas o los juegos de ego. También generar instancias de movilización política y participación popular puede agregarle mucho a una fuerza que, en definitiva, se ha propuesto incidir en la cultura política del país. Esa incidencia solo es posible representando.

Los partidos que integran la coalición se verán jerarquizados en un proceso institucional de JxC que recepte las representaciones de los mismos, y además las mejores expresiones individuales brillarán más intensamente con el respaldo de una organización estable en el tiempo, clara en su oferta electoral y potente en su anclaje social.

En América Latina dos grandes coaliciones han transformado sus países, la Concertación en Chile y el Frente Amplio en Uruguay. En ambos casos, han gobernado varios periodos, se han alternado en el liderazgo de las mismas políticos/as de distinto origen, y han reconfigurado un estable mapa político tradicional (Uruguay), o disipado los riesgos de regresión autoritaria (Chile). En los dos casos, el orden unitario del país les ha facilitado las cosas, minimizando las tensiones entre expresiones locales y conducción central. De ellos podemos aprender mucho: siempre defendieron sus rasgos identitarios y, a pesar de las disputas (muchas veces severas), la construcción compartida no se ha puesto en debate. Las fuerzas discuten por qué Frente o qué Concertación prefieren, no si se mantienen o salen de las organizaciones.

En Argentina, la UCR, la CC y el PRO constituyen tres tradiciones políticas distintas, que bajo mecanismos claros de colaboración pueden hacer un aporte sustancial a este dramático momento, y por supuesto también las expresiones políticas distritales que, en cada caso, completan un arco iris que debe expresarse con normas y en armonía.

Somos la fuerza donde conviven una perspectiva institucionalista marcada, vocación por la transparencia, compromiso en la modernización de la gestión pública, anclaje histórico y territorial, y sensibilidad social. Sin marco institucional, cada vez más pareceremos un rejunte. Con marco institucional, estaremos aceptando la trascendencia del espacio común, la criticidad del momento, el sentido estructural de nuestra oferta a la sociedad y la primacía de la visión sobre las ocurrencias.

No quiero parecer solemne, pero no estamos para improvisaciones, ofertas insostenibles o inconductas políticas.

Institucionalizar no es solo ordenar, sino establecer una disciplina. En un país signado por los espasmos y el mal uso de la creatividad individual, la gran transformación que debemos realizar necesitará de la menor fuga de energía posible. Tan necesaria como la creatividad para enfrentar los problemas, será la disciplina para cohesionar y mantener el rumbo.

Existen múltiples modelos y formatos, que exceden este texto. Bien puede pensarse en una Convención Nacional de JxC que refleje la composición de los partidos en las Cámaras y recepte de manera reglada particularidades atendibles. Un espacio colectivo de esa naturaleza podría hacerse cargo de la generación concertada de un programa común y de la estrategia de ampliaciones y alianzas.

La democracia globalmente está siendo asediada desde muchos lugares con algunos señalamientos legítimos y otros oportunistas. JxC no debe renunciar a su rol de defensa institucional, no solo desde la palabra sino desde la práctica política.

La postpandemia le dará enormes oportunidades a Argentina. Lo que hoy nos parece un horizonte inalcanzable, se transformará en una meta razonable cuando nos pongamos en marcha de manera coordinada, sencillamente porque cambiará el humor social y nuestra señal de coherencia será una referencia. Si hay algo que la ciudadanía desea es que sus esfuerzos tengan un sentido. El programa da sentido, la organización da certeza.

La organización que necesitamos no es una máquina pesada del industrialismo fordista, sino una organización-red del siglo 21, rápida, ágil, innovadora, abierta; pero comprometida con el cambio y ajena a toda tentación simplificadora, o continuista. Simplemente porque nuestro acuerdo con los votantes debe basarse en la dificultad de la empresa que se asume y la irrevocable vocación de transformar de todos modos.

Un largo camino empieza por el primer paso: no menospreciemos el peso de la organización y, a partir de allí, la dinámica del cambio será imparable.

Por fabio Quetglas, diputado nacional.

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